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El Límite: El cielo.

Los beneficios del deporte  para la salud  son bien conocidos y se hayan sobradamente contrastados científicamente, además, el deporte es un instrumento integrador de los  ciudadanos en las sociedades, actuando como creador de símbolos, imágenes y referentes sociales. Estos beneficios no son distintos cuando el deporte es practicado por personas con capacidades diferentes. La proyección del deporte realizado por las personas con discapacidad,  sean de élite o de promoción y recreación deportiva, sirven de estímulo y transformación en la percepción de la sociedad en general, condicionándola hacia enfoques integradores.

 

El ejercicio del deporte, sirve de superación y aliciente para las personas con discapacidad, aumentando su autoestima, valor fundamental para que cualquier persona pueda dar de sí mismo lo mejor que tiene. La emoción de la competencia deportiva, está excesivamente demostrado que multiplica la percepción de la superación de las dificultades y desventajas que cada uno percibe de sí mismo.

 

Se entiende la discapacidad como resultado de la interacción entre la condición de salud de la persona y sus factores personales, y los factores contextuales que pueden llegar a ser facilitadores o limitadores del desarrollo de una determinada actividad o del desenvolvimiento personal en forma de participación. El deporte ha demostrado históricamente ser un eficaz instrumento para conseguir estos propósitos y por eso se ha considerado oportuno y acertado abordar un programa deportivo.

 

Todas las personas con alguna discapacidad son capaces de participar en algún tipo de actividad deportiva, ya sea de tipo recreativa o competitiva, por lo tanto y una vez demostrados los beneficios que produce a todas las personas y especialmente en aquellas que tienen alguna discapacidad, ya sea como herramienta rehabilitadora de su discapacidad, normalizadora e integradora en su proceso de relación social, motivadora y potenciadora de la autoestima y de la autonomía personal.

 

Ana María cuartas peña en su artículo “La discapacidad está en el cuerpo, no en la mente”, cuenta la historia del coronel Gabriel Cardona Galvis, el cual quería subir  a la cumbre del Nevado del Cocuy  y lo logró, él al igual que los otros tres deportistas carecen de alguna de sus extremidades. Cardona se siente muy orgulloso, pues recuerda que durante los entrenamientos previos cuando subían semanalmente a Monserrate, alguien le dijo “Usted que va a poder, desista de esa idea loca”  cuando llego a la cima le gritó a ese alguien que alguna vez le dijo que no podría alcanzar su sueño: “míreme aquí estoy”. Para llegar a este punto el Coronel Cardona tuvo que atravesar momentos difíciles en su vida; cuando  perdió esta extremidad, su matrimonio de más de catorce años se derrumbó, perdió su trabajo, se sumió en el alcoholismo, “toqué fondo”, admite melancólico. Pero una nueva luz iluminó su vida. Poco a poco se fue recuperando gracias a la asistencia de los médicos del Hospital Militar y la rehabilitación que la fisioterapeuta Laura Rodríguez, su actual esposa, hizo en torno al deporte. Ella le demostró que el mundo no se había acabado, le enseñó a caminar de nuevo, a ver la vida con otros ojos.

 

Otro caso es el de Juan José Florián soldado profesional, campeón nacional de natación su familia lo ha apoyado a tal punto que el lo describe de tal manera que si en algún momento le dice a su mamá que se va a tirar de Monserrate, ella le dice que lo haga y que no hay limitantes para hacerlo.

 

Como dijo Nelson Mandela Ex-Presidente de Sur áfrica  “El deporte puede crear esperanza donde antes solo había desesperación”. Los soldados antes de conocer el deporte sentían que no eran útiles  para la sociedad, que la  vida había  terminado, pero en el momento que ven todo  gris, aparece el apoyo de sus seres queridos, de la institución y de miles de personas que los ayudan en su rehabilitación, es así que encuentran en el deporte esa manera de surgir entre las cenizas y de demostrarle a los demás y a ellos mismos que son héroes de Colombia.

Parecen vulnerables, pero a pesar de las dificultades o de las adversidades que se presentan en la vida son más valientes que cualquier persona del común. Como dicen los soldados: “cuando uno entra a la institución sabe a lo que se está exponiendo y lo preparan ante cualquier suceso”. Muchos de ellos se sienten orgullosos de la institución y no se arrepienten de nada porque simplemente les apasiona y aman al Ejercito Nacional y el ejercicio de defender la patria. Desde niños les gustaba defender a los demás y vieron que los juegos que practicaban desde infantes se fueron convirtiendo en un gusto.

 

En esos momentos es cuando nos damos cuenta que nuestros problemas muchas veces no son  tan complejos como lo creemos o que simplemente no afrontamos los problemas de la mejor manera, muchas personas se suicidan o caen en vicios por conflictos que tienen solución, creemos que esto es cuestión de personalidad, de las experiencias que cada individuo ha tenido desde la niñez y de la forma en que la vida los ha llevado a superarse.

El amor de la familia no se hace esperar, muchos de ellos pensaron que sus esposas los dejarían, pero ahí es donde se ve el verdadero amor, muchas de ellas dejaron sus trabajos por cuidar de ellos recién ocurrió este suceso. Siendo la familia parte fundamental para su recuperación.

 

Muchos de ellos hacían deporte antes de ser soldados, pero otros incursionaron en él después de perder una de sus extremidades, vieron en el deporte una nueva esperanza como dice Mandela, la forma de demostrarle al mundo y sobre todo a ellos mismos que estaban hechos para cosas grandes y que era la oportunidad de salir adelante. Porque las oportunidades no se deben desaprovechar lo dicen una y otra vez.

Ahí es donde el ser humano piensa en la vida y la muerte, pero cada individuo le va encontrando su propio sentido es así, que cada uno de ellos vive muy agradecido con Dios y piensa que cada minuto es para disfrutarlo. “Estar en este mundo es algo por lo que debemos sentirnos felices”, dijo Juan José Florián, soldado víctima de una mina antipersonal.

 

La práctica de un deporte fomenta el compañerismo, la autodisciplina, libera del estrés, ofrece un deber fuera de las cargas laborales o educativas, permite viajar, vivir una vida que sin practicar un deporte, sería muy difícil; el deporte es una puerta a la integración, una puerta para sentirse útil.

 

El objetivo de la rehabilitación es dotar a la persona de la movilidad suficiente para que pueda adaptarse a su entorno y llevar una vida lo más normal posible. El trabajo es normalmente individualizado, a menos que llegue la etapa de iniciar el deporte de manera terapéutica que se da seguido o en conjunto con la rehabilitación, esta pasa a ser la segunda fase de su recuperación tanto parcial o total. Su objetivo es perfeccionar aquellas cualidades que se han ido desarrollando en la fase anterior mediante juegos y deportes adaptados a la minusvalía. Es decir su objetivo es valerse en la vida cotidiana.

 

El deporte no solo es una forma recreativa también es una terapia para su rehabilitación, es un proceso lento en el que poco a poco se van viendo los resultados con esfuerzo, disciplina y dedicación.  La sociedad debería tenerlos como ejemplo de superación y sobre todo darnos cuenta de las injusticias que se vive en el país, en una guerra que no tiene fin. Donde el gobierno tiene una serie de diálogos con las FARC en Cuba, mientras que los miembros del secretariado de este grupo ilegal se dan una vida de lujo y  en la selva colombiana cada vez hay más víctimas de las minas antipersona, no solo soldados, también civiles que se ven afectados por el conflicto armado que ha vivido Colombia durante años.

 

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